Desde el punto de vista económico debe considerarse que si bien el vidrio seguro es más caro que el vidrio crudo, la incidencia de los cristales en la obra no alcanza el 2% de un presupuesto total de cualquier proyecto, desde una vivienda residencial hasta un edificio corporativo. Esto además de brindar seguridad a las personas brindará confort térmico, acústico y ahorro energético en el caso que el vidrio forme parte de un DVH (doble vidriado hermético) con una óptima combinación con vidrios templados y/o laminados.